miércoles, 19 de octubre de 2022

El precio más alto en marketing: la promesa no cumplida.

Foto de Ron Lach. |

¿Marketing?

La era digital ha traído consigo el refrescamiento del término del marketing, que aunque sorprenda a muchos, ya existía en perfecto español, como mercadeo. 

Este rejuvenecimiento, apoyado por el uso desenfrenado de términos en inglés para, aparentemente, darle más nivel, viene acompañado y cargado de un aire de novedad, que es justo eso, aire más que sustancia. Ya que es hacer lo mismo que todos conocemos sobre mercadeo, aplicando el nuevo entorno digital.

El profesor William J. Stanton de la Universidad de Colorado, en conjunto con los profesores Michael Etzel (U. de Notre Dame) y Bruce Walker (U. Missouri-Columbia) publicaron en 1964 un libro que es casi una biblia para cualquier interesado en mercadeo, y que se llama, justamente: Fundamentos del Mercadeo (Ed. McGraw Hill Interamericana Editores S.A.).

Casualmente, de este libro cobró relevancia su primer autor, probablemente por el excelente mercadeo que hizo de todo su trabajo de investigación, y su presencia en varias aulas de todo el planeta. A tal punto que todos los conocedores del área dicen "el libro de Stanton", y no recuerdan a Etzel o Walker, autores de igual peso académico.

Esta obra es una piedra elemental del estudio del mercadeo de tal importancia que, 14 ediciones después (2007), lo único que se hace es actualizar su contenido, pese a que el profesor Stanton nos dejó en el año 2002. 

En sus primeras líneas encontramos el concepto elemental que da sentido a la existencia de un mercado, y del mercadeo, como tal, y es la definición del intercambio:

"El intercambio es sólo una de las tres formas en que podemos satisfacer nuestras necesidades. Si usted desea algo, puede crearlo, adquirirlo mediante el robo o alguna otra forma de coerción, o puede ofrecer algo de valor (su dinero, sus servicios u otro bien) a una persona u organización que tenga ese bien o servicio y que lo cambiará por lo que usted ofrece". Stanton, Etzel y Walker (2007). 


La importancia del acuerdo

De esta definición se entiende que el intercambio es una forma de acuerdo entre dos partes, una que posee algo de interés y otra que busca satisfacer una necesidad (o varias). 

Como podemos intuir de esta definición, el acuerdo implica un compromiso, concepto sobre el cual ya hemos hablado en este blog, y que justamente permite que la comunicación juegue un papel relevante desde el comienzo y hasta el final de este proceso.

Ya que, el poseedor de ese "algo de interés" requiere que la persona adecuada se entere de que posee aquello que necesita, tarea fácil en el pasado, pero que en la actualidad, con la saturación de mensajes e información, se vuelve una acción titánica, y costosa, muy costosa. (El marketing NUNCA es gratis, y nada es gratis en él).

Comunicarse es una acción costosa para el que tiene ese "algo de interés", y ese costo termina, de una forma u otra (parte de la tarea del mercadólogo o especialista en marketing) impactando sobre el costo que tendrá ese bien sobre la parte que lo necesita.

Y aquí se cumple una máxima: "nadie coloca un negocio para generar pérdidas", por mucha "humanización" del proceso (intervención de la publicidad), detrás de toda acción de mercadeo hay un acuerdo comercial. "Yo te doy peras, ¡pero dame las monedas!, ¿Qué esperas?". 

Podríamos extendernos interminablemente en esta tertulia sobre la filosofía y fundamento del mercadeo, pero me gustaría centrarme en una parte del proceso de acuerdo de las partes que para los autores Stanton, Etzel y Walker era muy importante, pero que extrañamente, en este rejuvenecimiento del concepto del mercadeo pareciera que se está dejando a un lado.

No sólo el poseedor del bien debe comunicarse con el que le necesita, sino que debe escuchar activamente y entender la necesidad, para satisfacerla por completo, o más allá de lo esperado, y crear un vínculo fuerte con el consumidor, ese que ya ha consumido el bien. 

Ese vínculo debe estar construido sobre un pilar, que parece elemental, pero que representa el eje del intercambio en el mercado: la confianza.

En un estudio realizado por ADOBE en 2021 y titulado Informe de IMEA: Dar en el clavo del comercio electrónico en la década de 2020. La confianza en el nuevo mundo digital ha quedado registrada en la mayoría de los encuestados, cuando se les consulta sobre sus compras en línea durante el 2021:

"He comprado algo online de un minorista al que no había comprado antes" 44%.


La promesa no cumplida.

La confianza tiene truco, uno terriblemente cruel, en especial para la mayoría del mercadeo moderno, y es que no se puede emular, como sucede con la comunicación y el aparataje tecnológico que se utiliza para emularla y simularla. En el caso de la confianza, esto es imposible.

La confianza entre las partes que participan en el mercado, es una medalla, que se debe ganar con esfuerzo y compromiso, con claridad y eficiencia. Pero en especial, es un reconocimiento sumamente frágil, que pese al pasar de los años, se puede perder en cualquier momento. 

Los ejemplos son infinitos, me gustaría sólo mencionar cómo las empresas de vehículos en los últimos 15 años han tenido que hacer transparente la información de cada vez que retiran coches a la venta por fallas en los componentes, para evitar la pérdidas de clientes, producto de la desconfianza.

Cierro este post con un ejemplo de hace unos pocos días, debía adquirir un servicio que se me hace indispensable, y del cual ya he rotado por varios proveedores (vendedores), el objeto en sí se me hace elemental e indispensable, pero he cambiado en varias oportunidades, y la razón principal es: la desconfianza, en los métodos de facturación, en la notificación de novedades, en la atención al cliente.

Teniendo el servicio actualmente contratado, escuché una oferta que se me hizo interesante, y me invitaron a realizar una teleconferencia para "hablar sobre las novedades del servicio", la comunicación cumplía con todo lo que esperaríamos: claridad, eficiencia, legitimidad, amabilidad y "aparentemente" buena atención.

Apenas entré a esta novedosa forma de captación de clientes por una videollamada, vi que el trato no era particular, como se me había informado, sino que habían 500 personas en la llamada, todas silenciadas, y esperando como "corderos" el mensaje publicitario. Aún así, y pese a que ya "me olía mal" frase que, ahora que lo sabemos, podemos asociar a un indicio de pérdida de confianza, decidí esperar la hora completa del discurso.

No hubo nada novedoso, para ser sinceros, ya al minuto 15 me había ido de la silla y dejado la pantalla en negro. 

Para mi sorpresa, al finalizar mandé un mensaje a la persona que me contactó para decirle que agradecía el tiempo pero que: "había decidido no adquirir su servicio, y pedía la baja de mis datos", no hubo por su parte ninguna respuesta. 

Esto no sólo afectó la confianza que pudiera tener sobre su marca y producto, sino que reforzó mi idea del sector general de: "falta de buena atención", que ahora tendrá que cargar, como pueda, mi proveedor actual.

Todo esto es aplicable a cualquier tipo de transacción, a tal punto, que hasta para las ofertas de empleo que están tan de moda en un mundo tan inestable, existe un proveedor del producto (trabajo) y un necesitado del bien (desempleado), y un sin fin de espacios para perder la confianza (como reuniones grupales para hacer entrevistas y vender humo). Podría usted, seguramente, dejarme algún comentario sobre su experiencia al respecto.

Mi recomendación para todos los clientes en pleno siglo XXI, es trabajar más en la confianza del acuerdo, allí está una clave del éxito del proceso. No lo digo yo, ya lo dijo Stanton, Etzel y Walker en 1964. 


En este artículo:

W. Stanton, M. Etzel, B. Walker. (2007). Fundamentos del Marketing.  McGraw Hill Interamericana Editores S.A. México.

ADOBE (2021) IMEA: Dar en el clavo del comercio electrónico en la década de 2020. https://info2.magento.com/ConsumerResearch22Report-ES.html





lunes, 5 de septiembre de 2022

Usar el móvil no te convierte en un adicto

Foto de Ono Kosuki

Es constante, y causa un poco de hastío, tener que escuchar a través de distintos medios de comunicación tradicionales un discurso en contra del uso de los nuevos medios digitales de comunicación, que está cargado de un visible sesgo tradicionalista, al considerar que el uso de los teléfonos móviles y los dispositivos digitales, es la principal razón de la afectación de la socialización entre las personas.

Poco o nada tiene que ver el uso o disfrute de los nuevos recursos tecnológicos con unas razones que están más vinculadas con nuestra naturaleza, y muchos de nuestros trastornos como seres sociales. 

La evitación social, una contradicción humana

"La evitación se define como la estrategia o el comportamiento mediante el cual escapamos, nos apartamos o rehuimos de objetos y situaciones aparentemente aversivas" Gabinet Psicologic (2021).

Hay dos tipos de evitación que son visibles, una pasiva, en la que nuestro cerebro nos impulsa a huir de cualquier fuente que se perciba como una amenaza o incomodidad, y que está profundamente relacionado con un impulso instintivo, el de huir, que está vinculado incluso a redes neuronales específicas como lo menciona Salgado (2018) al referirse a los estudios de Andrew D. Huberman:

"Para Huberman y su equipo, el trabajo demuestra la importancia del tálamo en la respuesta al miedo. Asimismo, desvela la existencia de dos circuitos neuronales distintos que inducen comportamientos opuestos ante un estímulo amenazante", (huir o luchar).  

La otra evitación, es activa, y está mediada por nuestro razonamiento, de alguna forma, por ejemplo cuando nos negamos de forma constante a creer que algo es cierto, pese a tener pruebas de ello.

La evitación pasiva, las que nos interesa en esta reflexión, nos hace recurrir a "herramientas" para evitar la amenaza, y seguro que luego de esta definición les viene a la cabeza el reflejo de mirar hacia el techo de un ascensor, o al tablero de números, cuando tenemos que tomarlo con más personas.

Como el caso del ascensor, era frecuente, antes de la llegada del móvil, que el metro de cualquier capital estuviera repleto de periódicos del día, para que cualquier usuario "los leyera", realmente la lectura era escaza o pobre, porque lo que realmente hacía el periódico era servir, como el móvil, como una herramienta de evitación ante una situación social incómoda.

¿Por qué nos causa tanta incomodidad el otro?

Hay una fina línea entre la fobia social y nuestra naturaleza por huir o luchar contra lo que nos resulta desconocido, y por ende, estresante. Esta fina línea va a estar más o menos definida por la forma en que nuestra mente media con el exterior, y cómo procesa los estímulos. Un tema que ha tomado a los estudiosos de la mente humana un apasionante camino de investigación.

Nos alejamos un poco de este debate, y nos centramos en la psicología de nosotros y los otros, cuando convivimos.

La realidad es que evitamos todo aquello que es ajeno a nosotros, por ende, en espacios públicos solemos sentirnos "más inseguros y a la defensiva" lo que provoca que nuestro organismo entre en un estado de alerta sana, que suele prolongarse durante un tiempo en el que reconocemos que no hay amenaza alguna.

Es por esta razón que la rutina, aunque muchos piensen lo contrario, no es una enemiga para nuestra mente, sino una forma más con la que contamos para mediar con aquello que nos resulta amenazante. Nos acostumbramos a hacer las cosas de una forma constante para tener, hasta cierto punto, confianza de que todo estará "seguro y bien" en un mundo donde NADA lo está.

La evitación pasiva antes de los nuevos medios digitales

En un ejercicio por aportar otro nivel al discurso mediado de "la tecnología nos daña", y que no tiene otro origen que justamente un temor ante la amenaza de lo nuevo y desconocido. Vamos a recordar cuáles eran mecanismos frecuentes de evitación pasiva ante situaciones sociales incómodas antes de que aparecieran los magníficos dispositivos digitales móviles.

Como ya mencionamos, uno de los más frecuentes era leer el periódico, ya sea en el metro o en la barbería. Ni hablar del punto de distribución para las revistas que significaron, durante años, los consultorios médicos, en los que coincidíamos, no solo con extraños, sino con enfermos y miserias. 

Las revistas, audífonos, películas y cualquier cosa era útil para evitar tener que pensar que nos encontrábamos a 37 mil pies de altura en una caja de metal, volando con gente que apenas habíamos visto minutos antes.

En los ascensores, como mencionamos anteriormente, el espacio tan diminuto, nos hacía casi imposible evitar tener que ver al otro, hasta que surgieron estrategias como llenarlos de espejos, o colocar pantallas que nos permitieran evadir el momento.

No es de extrañar, que las principales fobias sociales atendidas por los especialistas estén justamente vinculadas con algunos de los espacios anteriores.

La tecnología no tiene como objetivo dañarnos

Hay que dejar algo claro, como conclusión de este breve escrito, y es que no es la naturaleza de la tecnología dañarnos, al ser producto de nuestra propia genialidad, la tecnología es un recurso, una herramienta, a nuestra disposición.

Y es evidente, y concluyente, aquello que señalaban  los especialistas en adicciones mentales y trastornos reunidos del 14 al 16 de abril de 2016 en Madrid, durante as XVIII Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). "La predisposición para desarrollar una adicción está condicionada por factores biológicos y ambientales". Y están más vinculadas a cómo el ser media ante las situaciones que le causan placer o temor. 

La adicción a lo digital es tan peligrosa como lo fue en su momento la adicción a la televisión, a la radio o al cine. No por el objeto de fijación del adicto, sino por las razones y los efectos del comportamiento.

Pese al discurso que gana espacio en los medios tradicionales, y que pareciera estar patrocinado por empresas que ven en riesgo sus negocios ante el avance de lo digital, la realidad es que la tecnología es una herramienta capaz de cambiar la forma en que socialmente nos comportamos. Y al final nuestra forma de vivir en este mundo. Y está en nuestras manos aprender a sacarle provecho. 


En este post:

Gabinet Psicologic  (2021). La evitación pasiva y la evitación activa. https://gabinetpsicologicmataro.com/la-evitacion-pasiva-y-la-evitacion-activa/

Salgado. M. (2018). ¿Huir o luchar? https://www.investigacionyciencia.es/noticias/huir-o-luchar-16401

Acta Sanitaria (2016). La predisposición para desarrollar adicciones está condicionada por factores biológicos y ambientales. https://www.actasanitaria.com/salud-mental/la-predisposicion-para-desarrollar-adicciones-esta-condicionada-por-factores-biologicos-y-ambientales_1212341_102.html


viernes, 8 de julio de 2022

El hombre, el caos y el conocimiento: Aproximaciones a las Teorías del Caos

Foto de Ray Bilcliff


Está usted sentado en una mesa adornada con un hermoso y blanco mantel sobre el que se dispone una suerte de manjares listos para ser disfrutados por su familia. De pronto le pica ligeramente la pantorrilla, un picor ligero y pequeño, pero que debe ser atendido, inclina su torso para rascarse, y este pequeño y sutil movimiento inicia una reacción en cadena que comienza por la tensión del mantel y termina por todos los alimentos regados y mezclados sobre la mesa. Vamos, su picor se ha cargado la comida en familia.

Así como su picor se cargó el asado de más de 6 horas que hizo para sus seres queridos, un único individuo decidió comerse un animal medio cocido a unos 12000 kilómetros de distancia de usted, y hoy, 2 años después, un pequeño virus ha cruzado la frontera entre su hábitat y el nuestro, y ha provocado 553.512.328 de casos positivos, (sí, la cifra que lee), y más de 6.3 millones de muertes entre nosotros, habitantes de este Planeta.

Efecto mariposa

Estamos ante la presencia de una de las primeras premisas de las Teorías del Caos, el "efecto mariposa", este fenómeno ya descrito en 1952 por un novelista, Ray Bradbury en su historia A sound like thunder, donde una simple mariposa y su suerte lo cambia todo en el mundo. Fue ampliamente explicada por el matemático y meteorólogo estadounidense Edward Norton Lorenz, quien se cansó de tratar de dar orden matemático a unas condiciones meteorológicas, que de ordenadas, tenían muy poco. 

Lorenz nunca hizo una afirmación del efecto mariposa, más bien en 1972 durante un encuentro de la American Association for the Advancement of Science, presentó la idea en forma de pregunta para iniciar sus reflexiones: Predictability; Does the Flap of a Butterfly's wings in Brazil Set Off a Tornado in Texas?

Tuvieron que pasar 15 años, en 1987, para que Lorenz y sus primeras ideas sobre un caos que debía ser estudiado, tomaran verdadero valor para la comunidad científica. 

El estudio del caos, y su incidencia en nuestra forma determinista de hacer las Ciencias han bañado todos los conocimientos de los que puede presumir la humanidad en los últimos 30 años. 

¿Se puede determinar el caos?

Si bien pensábamos (erradamente) que el Método Científico y la innovación técnica nos daban una aparente ventaja evolutiva en los estudios de la comprensión del mundo que nos rodea, frente a lo que nuestros antiguos Griegos y Romanos habían estudiado. La verdad es que, ante el caos, estábamos exactamente en la misma posición que nuestros predecesores. Podíamos estudiar la ocurrencia de las cosas, pero no la precisión de los motivos que las originaban. 

"La imposibilidad de ejercer este control está relacionada con la imposibilidad de predecirlo, aunque no necesariamente: podemos predecir un eclipse, pero no podemos controlar su ocurrencia o no ocurrencia." Cazau, (1995).    

El belga de origen ruso, Ilya Prigonine, Premio Nobel de Química (1977) por sus trabajos sobre termodinámica de sistemas que no están en equilibrio, es considerado el padre de los estudios de las teorías del caos, en sus reflexiones "sostiene que la realidad es una mezcla, de desorden y orden, y que el universo funciona de tal modo que del caos nacen nuevas estructuras, llamadas estructuras disipativas." Cazau, (1995).

Todo bajo control... del caos.

Del lat. chaos, y este del griego χάος cháos; propiamente 'abertura', 'agujero'.

1. m. Estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos.

2. m. Confusión, desorden.

3. m. Fís. y Mat. Comportamiento aparentemente errático e impredecible de algunos sistemas dinámicos deterministas con gran sensibilidad a las condiciones iniciales. Diccionario de la lengua española, (2022),

El caos y el mal han estado asociados desde que el hombre ha sido capaz de nombrarles en sus producciones culturales, su punto de encuentro parece ser ese umbral de oscuridad que rodea a ambos. Es la frontera autoimpuesta, como un Ecuador, entre ese cómodo lugar lleno de armonía que es controlado por nuestra mente y el sombrío bosque lleno de ruidos y neblina.

Aunque para la literatura fantástica esta relación ha resultado fenomenal, y es la base de todo relato épico. Pudiera ser que en la más pura ciencia, ni el caos sea tan malo, ni la armonía tan buena. 

Lo que hace que el hombre considere al caos un mal, es la incapacidad de este para poder predecirlo. De allí que, los malvados en las historias de aventura siempre sean caóticos, o tiendan al caos, y por más que intenten organizar sus planes, fracasen rotundamente ante la armonía de los protagonistas.  

Para los griegos antiguos el universo, y todo lo que lo constituye, está correctamente ensamblado, este es el resumen de un concepto bastante complejo que se define como la armonía, y está asociado con la belleza. Y es la base del pensamiento científico determinista, que afirma que aquello que no es predecible es producto de nuestra ignorancia y no de un proceso azaroso e incontrolable.

Normalmente, a sus ojos ya existían esos sucesos caóticos, pero que para su entendimiento eran producto del capricho de los Dioses, seres responsables y con el poder suficiente para que en ese universo armonioso se presentase el caos, en forma descomunal. De allí, que se hiciera todo lo humanamente posible para lograr apaciguar, agradar y tener el favor de los Dioses, y evitar, así, su ira.

El caos, pareciera tener mucho más control de lo que pensamos sobre todo lo que nos rodea, y desde nuestros orígenes. 

Que no lo veas, no significa que no exista

Para los griegos antiguos fue muy fácil atribuirle al temperamento de los Dioses todo aquello que suponía un salto en el correcto y armonioso fluir del universo. Como cuando temblaba, erupcionaba un volcán, o no florecía una cosecha. Todo era culpa de esos seres poderosos y temperamentales.

El pueblo occidental actual no tiene esa facilidad para atribuirle a un Dios, que se ha empeñado desde antes de la Edad Media, en definirlo como un ser justo, una serie de comportamientos caprichosos.

¿Y si Dios fuera caótico? 

Pero si ese caos divino no fuera caprichoso, sino una suerte de eventos ocasionales, desafortunados, descontrolados y fortuitos. Tan fortuitos que ni el propio Dios, pese a su plenitud de poderes, pudiera controlarlos. 

No, no pudiéramos vivir en un mundo así.

Necesitamos el orden, por nuestra salud.

La primera línea de acción de nuestra batalla del orden contra el caos, la confrontan nuestros psicólogos y psiquiatras, entendiendo como el caos puede afectar a nuestra mente, emociones, y cuerpo.

Desde allí, hacen lo propio médicos, matemáticos, arquitectos e ingenieros, químicos, físicos... Todos buscando poner algo de luz al caos. 

Todos, humanos, respondiendo a la necesidad de su principal órgano. El cerebro. 

Nuestra mente (que no tiene muy precisada su ubicación) la solemos vincular con el órgano que pareciera ser el ejecutor de sus deseos, el cerebro. Este último puede dar pista de por qué deseamos desaparecer al caos. Y es que, en su naturaleza química y física, el cerebro trabaja enfrentando al caos, y reconstruyendo en armonía alrededor de este.

"El salto del caos al orden se produce en el cerebro por la aparición de estímulos externos, aunque sean débiles, procedentes de alguna región cerebral. Las neuronas aprovechan la ocasión para trabajar en equipo y recuperar la información perdida en el caos y el ruido". Blue Brain Communication, (2019)

Esta funcionalidad física y química de nuestro cerebro pudiera estar vinculada con nuestras experiencias oníricas, como lo plantea el investigador  Fosshage (2000) que afirma que la actividad mental del sueño, tiene la función fundamental (como en vigilia) de procesar información.

Así, podríamos decir, que hasta cuando dormimos, tratamos de luchar contra el caos. De allí que sea la característica más fundamental de nuestros archienemigos imaginarios.

Sin los sueños, es muy probable que la mente no tuviera la capacidad para sobrellevar el estrés de la realidad y el caos que le rodea.

Preferimos el control absoluto, a la salvaje libertad del caos.

Pensemos en el hombre, su mente y su cuerpo como su propio prisionero y carcelero, al mismo tiempo. No lo he inventado yo, ya lo adelantaba Aristóteles. 

Ante el estrés del caos, el hombre elige el control, que le permite estar cómodo frente al futuro. Y desde allí va fijando reglas que asume para vivir en armonía. "Si como bien, no fumo, no bebo, y duermo como debe ser, tendré una vida plena"...¡ Sorpresa!, no necesariamente.

Existe un sin fin de condiciones y elementos, desde muy pequeños hasta enormes, que podrían darle la vuelta por completo a la afirmación anterior, y que no necesariamente deben ser conocidas o controladas por el hombre, para que ocurran. Es más, sería absolutamente inasumible el costo que supondría para nuestra inteligencia actual tratar de controlar todas estas variables, y aún más, predecirlas.

"Pareciera que hay algo allí afuera, lo escucho pero no lo veo, lo siento pero no está allí, puedo imaginarlo pero no comprenderlo, y me mataría de miedo descubrir que es real".


En este artículo: 

Cazau, Pablo. (1995) La teoría del caos. Buenos Aires, Argentina. Enlace

Our World in Data (2022) Coronavirus Pandemic (COVID-19). https://ourworldindata.org/coronavirus

Bradbury, Ray (1952) A Sound of Thunder en R is for Rocket, New York. 

Fernández, T, Tamaro, E. (2004) Biografia de Ilya Prigonine. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica. Barcelona, España. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/prigogine.htm

Real Academia Española (2022) Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <https://dle.rae.es> 

M. Nolte, M. Reimann1, J. G. King, H. Markram, E. Muller. (2019) Cortical reliability amidst noise and chaos,  Nature Communications, https://doi.org/10.1038/s41467-019-11633-8

Méndez, J. y de Iceta, M. (2002) La teoría de los sueños. Parte I: una revisión bibliográfica. En: Revista Internacional de Psicoanálisis Aperturas. Nº 012 2002 http://www.aperturas.org/articulo.php?articulo=217

lunes, 20 de junio de 2022

Un excelente encuentro sobre negociación con nuestros hijos y comunicación

 

La mesa preparada para conversar.

El pasado sábado 18 de junio pude disfrutar del primer taller con mi querida gente de Tenerife. Un espacio que estaba pensado para una hora, pero por lo interesante de los temas abordados se convirtieron en tres maravillosas horas de tertulia.

Esto fue posible gracias al Banco de Tiempo de Tenerife - Guaydil. Una iniciativa comunitaria que promueve el contacto y el acuerdo entre vecinos de la Isla. Pero lo más importante, ofrece la oportunidad de que la gente se conozca, se encuentre y confíe en los demás para resolver necesidades de la vida diaria, pagando los servicios de sus socios a través del tiempo (y hasta tienen una moneda virtual). ¿Quieres saber más sobre el  Banco de Tiempo de Tenerife - Guaydil?, visita este enlace.

En el salón, que les ha quedado realmente maravilloso a todos sus miembros, compartimos una agradable jornada, repleta de información y experiencias sobre comunicación, acuerdos y negociaciones en el núcleo familiar.

Casualmente, todas las asistentes fueron mujeres, y no es algo nuevo. La inteligencia emocional, la facilidad en el uso de las herramientas de comunicación y la constante búsqueda en adquirir conocimientos funcionales para la vida, suelen ser características frecuentes en la mujer del siglo XXI.

Las personas asistentes aportaron, desde su experiencia, valiosos comentarios e ideas. Y yo, desde este rincón, les ayudé a encajar ideas en torno a teoría sobre comunicación y negociación.

En post pasados de este blog, ya hemos abordado el tema del acuerdo o compromiso o los ejercicios de conexión en un siglo XXI que nos invita a conectarnos a los aparatos y desconectarnos de las personas.

Me mantuve fiel a la escuela que más mueve mi corazón cuando hablo de comunicación, y es que para mí, no hay comunicación más pura y esencial que la que se da entre personas, cara a cara, y sin artilugios tecnológicos.

Lo que era un taller de un día, mutó, y se ha transformado. Ahora estaremos compartiendo una vez al mes un espacio que está en construcción sobre el tema de la comunicación y la familia. ¡Todo un reto! 

¿Te interesa?

Si estás en Tenerife es muy fácil participar, si eres socio del Banco del Tiempo Tenerife - Guaydil, basta con seguir sus redes y formas de contacto (son muy activos). Si no eres miembro, te avisaría de nuestro próximo encuentro, y el costó para los que no son socios es llevar un "kilo de alimento", manera simbólica de denominar a cualquier aporte de alimentos para colaborar con los más necesitados. 

Y si te encuentras fuera de la isla, podemos siempre tratar de comunicarnos.

Les dejo algunas fotos de nuestro encuentro:


Los participantes en un momento de inmortalizar el encuentro.

Todo tiene un significado.


Siempre presente.

Muy dulce y cercana tertulia.


Un paisaje privilegiado. 


El afiche del encuentro:

jueves, 2 de junio de 2022

La comunicación implica compromiso


En el proceso de la comunicación humana es imposible separar la condición del compromiso. Como bien lo reseña O`sullivan (1996) "Yo soy yo y mi circunstancia. Esta frase de José Ortega y Gasset, en las Meditaciones del Quijote, es la esencia existencial de aquel pensamiento que define la comunicación como el encuentro de un organismo con su entorno", en este encuentro se parte de un compromiso inicial, del sujeto con vida, y su deseo de conocer lo que le rodea.

Este acuerdo se va complejizando con el paso del tiempo y el proceso de socialización en el núcleo humano, lo primero que se debe acordar y pactar en la comunicación es el código, y de él, su elemento más visible es el lenguaje. Es este primer acuerdo lo suficientemente esencial para poder signar toda la comunicación en la vida del ser humano.

Acordar las reglas (código) de la comunicación lo hace el niño cuando repite alguna expresión materna o paterna y percibe, como respuesta, un gesto de aprobación, normalmente lo suficientemente grandilocuente y teatral, así como primitivo e instintivo (aplausos, risas). Luego de este proceso inicial en los primeros años de vida del ser humano, el acuerdo y el compromiso sobre elementos más conceptuales se irá complejizando aún más. Como lo define Schramm (1965) "en un determinado momento del proceso de comunicación, el mensaje es meramente tinta sobre un papel (como en el caso de un libro impreso), o una serie de condensaciones y rarefacciones en el ambiente (como en el caso de la palabra hablada), o puede ser el mensaje una onda de luz reflejada (como en la comunicación del cine)" sobre los cuales también suceden acuerdos y compromisos para poder recibir y traducir el mensaje. 

Este compromiso va más allá, el ser humano depende y requiere comprometerse, como un paso de afirmación para recibir los mensajes, confrontarlos con su experiencia, y poder decidir si redimensionar su circunstancia (recordemos a Gasset) o mantenerla inamovible, pese al mensaje (percepción selectiva).

Está más que estudiado, en especial por las diferentes escuelas de comunicación de Estados Unidos y Alemania, como el mensaje y el ejercicio de la persuasión del emisor juega un papel decisivo en el compromiso de las personas con las ideas y decisiones sobre política.

El proceso de compromiso requiere de un tiempo y espacio común, y este tiempo y espacio ha mutado radicalmente en este siglo XXI. Durante su presentación de la revista Comunicación y Hombre. (2017, nº 14) El compromiso en Comunicación y Humanidades del siglo XXI, la doctora Daniela Musicco Nombela deja muy claro el desafío al que se enfrenta la comunicación en esta era: "En nuestra sociedad, abierta a las relaciones, como diría Jacques Philippe en La liberté interieure (2004), como en un supermercado en el que todo está disponible, a nuestro alcance y proliferan los productos de usar y tirar, es difícil lograr un Compromiso."  

Por más que nos empeñemos en transformar y adaptar el compromiso a un moderno anglicismo, el engagement, seguirá siendo un hito muy difícil, a veces frustrante, de alcanzar. Porque se quiere lograr en un tiempo y espacio que, como diría Z. Bauman, es cada vez más líquido. Y porque, en especial, no se puede perder el foco de que el compromiso o acuerdo, si está definido desde la comunicación humana, involucra, necesariamente, a las personas.  


En este artículo: 

O´Sullivan, Jeremiah. (1996) La Comunicación Humana. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela.

Musicco, N. Daniela. (2017). El compromiso en Comunicación y Humanidades del siglo XXI. En: Comunicación y Hombre. Número 14. Año 2017. Madrid, España.

Sgramm, Wilbur. (1965) La Ciencia de la Comunicación Humana. Ediciones CIESPAL. Quito, Ecuador.



 

jueves, 19 de mayo de 2022

¿Ganas dinero con Internet?



No, aunque los expertos en Programación Neuro Lingüística dicen que no se debe comenzar una redacción con una negación, porque la percepción suele rechazar las negaciones, yo me atrevo a hacerlo, ¡es casi una necesidad!, ¡NO!, no necesariamente ganas dinero con Internet.

A esta altura debe haber más de un "inversor, especialista en criptomonedas" que se le esté poniendo la cara morada de rabia y diciendo a la pantalla el mantra de: "este tipo no tiene idea de lo que estoy ganando con Internet".  

Y lo repito, ¡NO!, no estás ganando dinero con Internet, estás haciendo algo que ya hacía mi abuelo, y su abuelo, simplemente estás invirtiendo dinero de una nueva forma, y con innovadoras formas de informarte sobre tu inversión.

Porque la única forma de obtener criptomonedas, sin usar moneda física, es que ya hubieras hecho el proceso de transformación analógico-digital, anteriormente, y tengas un wallet, o varios.

Entonces, lo que eres es un especialista en datos económicos de inversión sobre nuevas monedas digitales y cadenas de bloque, un analista, un promotor, lo que quieras, pero con los pies en el suelo (o en el cloud).

No ganas dinero con Internet, porque sencillamente no eres Google. Si tu negocio no radica en un producto que dependa por completo de Internet para existir, simplemente no puedes decir que ganas dinero con Internet.

Si me quieres argumentar que las criptomonedas funcionan por el protocolo TCP/IP, y no puede concebirse el blockchain sin Internet, primero lee esto, y luego conversamos, Bitcoin sin Internet

Parecerá absurdo el juego de palabras, pero en estas sencillas diferencias depende mucho el éxito de tu negocio, o su fracaso. Hay cientos, por no decir miles de proyectos que fallan porque creen que su negocio es la Web. 

Recuerdo la experiencia de varios portales informativos que pensaban que su negocio era la Web, entonces compraban contenidos empacados a grandes medios, y pensaban que con eso era suficiente para ganar dinero con Internet. Sus publicaciones no pasaban de las 20 lecturas, y el tráfico era patético, por no decir, inexistente. 

Eran los tiempos en que los anunciantes apostaban a portales que concentraran muchas visitas, la era de Alexa, y de "pushear", y engrosar los informes. 

Costó que entendieran que su negocio no era Internet, era la producción de contenido con calidad. 

Ahora, después de esto ¿Cuál es tu negocio? y ¿Para qué usa Internet?     

jueves, 12 de mayo de 2022

Desde el sofá, a un clic para opinar: El calor de la tendencia

Foto de Karolina Grabowska en Pexels

 "El clima de opinión depende de quién hable, y quién permanezca en silencio"
Elisabeth Noelle-Neumann (1965)


 El poder de la opinión pública en la comunicación social. 

Si partimos de la premisa de que el acto de la comunicación sucede en un escenario puramente humano, en el que los sujetos participantes, son seres de plena conciencia de sus actos, que por voluntad propia y de forma consciente o inconsciente, participan en el intercambio de realidades y contextos. Entendemos aquello que fue objeto de estudio para Elisabeth Noelle Neumann, y el planteamiento de su teoría sobre la espiral del silencio relacionada a la opinión pública, y el resultado de las elecciones alemanas en 1965.

No podríamos entender la definición de opinión pública sin comprender cómo un proceso, que podría definirse más puramente como íntimo, se volvió masivo, como lo es el de la comunicación. Y es en la voluntad del hombre de llegar con sus ideas a más, y más, de sus comunes, en especial con el tema de la política, en el que podemos evidenciar esa evolución del fenómeno de la comunicación masiva. 

Menciona Noelle Neumann (1965) en su libro La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social, que: 

Desde comienzos de los años ochenta sabemos que la historia del concepto opinión pública es mucho más larga de lo que se creía inicialmente. Se ha descubierto que se remonta a casi dos mil años atrás. En una carta enviada a Ático en el año 50 a.C., Cicerón se disculpa por un error que ha cometido señalando que se había dejado llevar por la opinión pública, publicam opinionem

No se equivoca Noelle Neumman en su referencia, si revisamos las cartas que escribió Marco Tulio Cicerón a su fiel amigo y confidente Ático, y que llegan a nosotros a través de múltiples traducciones al español, en especial una más reciente de Miguél Rodríguez Pantoja Márquez (1996), la palabra "opinión" puede aparecer más de 93 veces en el primer libro recopilatorio de sus epístolas. 

Así, ya para Cicerón, poder medir de forma intuitiva el calor de la opinión de otros, varios, muchos, sin rostro o con él, era fundamental para su actividad política en el Senado. Este concepto de calor de la opinión lo define con más exactitud Noelle Neumann (1965) como "el clima de la opinión pública", si nos atrevemos a releer este concepto, entendemos que, este clima, visto como una huella, o un signo, apegados al concepto de este para Charles Sanders Pierce. Es temperatura medible, pero a la vez activa, y cargada de significado que condiciona, forma y deforma en su calor, la opinión colectiva.

Es entonces la opinión pública, una fuerza capaz de formar y forjar, o destruir, que está al servicio de aquellos que saben manejar su clima, para producir efectos tales: "La eficacia de la opinión pública como fuerza poderosa capaz de resolver conflictos, derribar gobiernos y oprimir a los individuos que se le resisten hasta que el miembro muerto se desprende del cuerpo social". Noelle Neumann (1965).

El ejercicio práctico de la opinión pública ha tenido escenarios muy distintos, tanto como ha evolucionado la sociedad, y ha crecido en millones el número de los receptores del mensaje. De la ágora griega, el Senado romano, el escenario del teatro, los balcones reales, las editoriales impresas, los estudios de radio, el plató de televisión de los programas de opinión política o entrevistas, hasta los nuevos espacios digitales. 

La opinión pública y su función, no han cambiado desde su origen, son conceptos que, socialmente, parecen inmutables, lo que se ha adaptado es, en primer momento el actor que la manipula (entiéndase manipulación sin ningún tipo de connotación negativa o positiva, sino como la acción del usuario que sabe hacerse del arte del uso de la opinión del público, y lo público). Y la forma de medir el clima de la opinión pública.  

"Viste lo que dice todo el mundo, ya es TT"

Posiblemente se piense que es muy difícil analizar cómo la opinión pública está presente en nuestras redes sociales  digitales, pero es tan sencillo ver como se ha adaptado, y su clima ha tomado formas tan interesantes de estudio, como preocupantes, que se pueden evidenciar en la tendencia de la cancelación. Recordemos aquello de: "...y oprimir a los individuos que se le resisten hasta que el miembro muerto se desprende del cuerpo social". Noelle Neumann (1965).

Para comprobar esta afirmación sólo me ha hecho falta ir a mi buscador y revisar una noticia publicada en el portal https://www.20minutos.es/ con fecha 10.05.2022, y que lleva como titular lo siguiente: "La alarmante tendencia de TikTok con el juicio de Amber Heard y Johnny Depp: sexualizar el testimonio de abuso sexual de la actriz".

Vamos a analizar la noticia, para ver como el calor de la opinión pública quedó retratado en sus líneas, y que tanta incidencia en las decisiones individuales y colectivas, tiene esta. 

Comienza la narración de la información: "El mediático juicio de Johnny Depp contra su exmujer Amber Heard cada vez suma más surrealistas respuestas en las redes. Son muchas seguidoras del intérprete que siguen defendiéndole a pesar de las pruebas y esta vez han dado un paso más para ridiculizar a Heard."

De entrada, el periodista nos ubica claramente a grupos sociales contrapuestos, que apoyan a uno u otro conyugue, en un escenario en común, y con un hecho que se presta al juicio de opinión. 

"La actriz relató en el pasado 5 de mayo uno de los episodios más duros durante su matrimonio con Depp. En un viaje a Australia, el protagonista de Piratas del Caribe supuestamente abusó sexualmente de ella con una botella."

El periodista presenta, de una vez, el hecho de tal gravedad social, que recoge el relato de una de las partes. Gravedad que ha tenido su visualización gracias al esfuerzo, de y por todos los medios, de elevar la conciencia colectiva (y la opinión sobre este tema) de los delitos de índole sexual, aún dentro de la intimidad del hogar. Situación que era invisible, o poco relevante hasta hace apenas unos años.

Dice la nota: "Una historia que Heard contó entre lágrimas y que ha sido usada en TikTok como audio para sexualizar e imaginar una posible relación con Depp. Mensajes como `no veo ningún delito aquí´ han hecho saltar las alarmas... `Toca mis pechos, toca mis muslos... me rompe la ropa interior´, son las palabras que se pueden escuchar en todas las grabaciones. Un duro momento que todos han tomado como si fuera una película pornográfica.".

Ha sido tal la presión de la opinión pública, que esta red social digital, que dispone de una de las mejores herramientas de sondeo del clima de la opinión de sus usuarios, tomó una decisión inmediata con la que se cierra la nota de prensa.

"Después de las críticas, la aplicación china ha acabado eliminando el audio y silenciando o censurando todos los tiktoks que se habían creado con él. Sin embargo, a diario se siguen creando en la plataforma memes del juicio".

Como este ejemplo, podemos encontrar cientos, que incluyen críticas e investigaciones de alto nivel por la influencia que pudieran hacer actores en la opinión pública en estas redes sociales digitales para desestabilizar la paz social de sociedades específicas, y sacar provecho de ello. 

Véase el caso de las acusaciones y la investigación de la injerencia del Gobierno de Vladimir Putin en las elecciones de los Estados Unidos en 2016, y la elección de Donald Trump. O las acusaciones de 2021 por parte del Gobierno Ruso de "tener pruebas de la injerencia de Estados Unidos en procesos electorales rusos, confirmadas con documentos", todas estas vinculadas con el uso de las redes sociales digitales como escenarios para la manipulación de la opinión.

El influencer como líder de la opinión pública

Lejos de querer llenar de gloria a este agente con presencia destacada en la red social digital, se valora en este artículo, su conocimiento sobre el clima de la opinión de sus seguidores. Elemento sobre el cual se fundamentan cada una de sus publicaciones. 

Es así, como el influencer, ese usuario de la red que aglomera a su alrededor, y en torno a su cuenta, a otros (muchos) usuarios de la red social digital, es el nuevo Cicerón del siglo XXI, respetando las evidentes diferencias, y viéndolo desde su intensa preocupación por la opinión de los otros, aquellos que le ven o escuchan. 

La espiral del silencio descrita por Noelle Neumann (1965) vuelve a poderse evidenciar en las tendencias de las redes sociales digitales, y en especial en las posiciones que asumen los influencers y sus seguidores sobre los temas de sus publicaciones, y que tienen a repetir el mismo comportamiento descrito por la investigadora alemana, "los que confían en la victoria se pronuncian, y los perdedores tienden a callarse", y se traduce como: los que confían en tener la razón sobre el tema de tendencia se pronuncian,  y resaltan la importancia del tema y de lo opinado, y los que divergen tienden a callarse, ante el temor de ser censurados, o cancelados públicamente. 

Cabría hacerse la misma pregunta que se hizo Noelle Neumann (1965) ¿Estamos dispuestos a defender públicamente una opinión?, a exponernos en una tendencia de cualquier red social digital, y argumentar en contra de la opinión mayoritaria de la tendencia. Sin temer al aislamiento o la cancelación. 

Hay que recordar lo que señala, con total claridad Noelle Neumann (1965): "Nuestra naturaleza social nos hace temer la separación y el aislamiento de los demás y desear ser respetados y queridos por ellos. Con toda probabilidad, esta tendencia contribuye considerablemente al éxito de la vida social".

A diferencia de otros tiempos y escenarios, habría que darle la razón al filósofo e investigador social Zygmunt Bauman (1925-2017), de una sociedad profundamente líquida en la que, las relaciones sociales y las habilidades de interacción no se pueden desarrollar en las redes sociales digitales, sino en la comunidad. Y todo el escenario descrito, así como las cancelaciones, apoyos y opiniones, son súbitos, poco razonados y argumentados, acomodaticios (o acomodados a la militancia del sofá), y un sustituto ligero a la comunidad, en donde los temas son de una supuesta fácil solución, al poder borrar o agregar a las personas.   

De allí que estos influencers, aunque puedan tener gran participación en la manipulación de la opinión pública, su clima, y la forma en que moldean a estas comunidades digitales, tienen poca o nula influencia en la resolución real y definitiva para los problemas sociales contemporáneos. En especial, el que más aterra al hombre del siglo XXI, la soledad. 

De allí que sea normal, que la tendencia de los temas en las redes sociales sean monótonos y repetitivos, es la repetición una característica constante de las publicaciones en las redes sociales, porque hay una evidente habilidad para identificar el clima de la opinión pública sobre el tema y repetir mensajes que lo refuercen, pero una nula capacidad para generar nuevos temas, o ideas y posiciones diametralmente opuestas a las del clima que se impone, al mensaje envuelto en el Trending Topic.


Referencias bibliográficas para este artículo:

Marco Tulio Cicerón. Cartas I. Cartas a Ático (cartas 1-161D) (Biblioteca Clásica Gredos nº 223) Traducción: Miguel Rodríguez. (1996). Ed. Gredos. España.

Noelle-Neumann, E. (1984) La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Traductor: Francisco Javier Ruiz Calderón. Ed. Paidós. España. 

Periódico 20 Minutos, (10.05.2022). "La alarmante tendencia de TikTok con el juicio de Amber Heard y Johnny Depp: sexualizar el testimonio de abuso sexual de la actriz"




 

viernes, 18 de febrero de 2022

El espejismo virtual del éxito

Foto de: Daniel Frank en Pexels

El factor multiplicador de una tecnología sería el número de veces que la

tecnología en cuestión es capaz de mejorar la función o el objetivo que le ha sido

asignado.

Nicholas Negroponte.(1995)



No hace falta mucho, un buen ordenador portátil, muchos gadgets sin mayor utilidad, y una vestimenta que se vea “muy urbana y geek” para transmitir la idea de que se es un emprendedor exitoso. Pero cuidado, en ninguna de las palabras utilizadas hemos hablado de ciencia, aunque este perfil descrito también sea un subproducto del efecto de esta.


Decía Nicholas Negroponte (1995) que “Es indudable que los efectos ambientales y sociales de lo que algunos han dado en llamar tecnociencia resultan cada vez más patentes. Hemos provocado grandes cambios en el mundo que nos rodea y también en nuestras sociedades. Y, lo que es más importante, hemos provocado cambios importantes en nosotros mismos.” 


Cuando Negroponte escribió estas contundentes ideas, que han servido como cimientos para todos los que hemos partido de sus reflexiones sobre el “ser digital” para hacer más amable la Tecnología de la Información, nunca se imaginó que estaríamos hablando hoy sobre metaverso, blockchain, NFT, VR, Internet of Things.  


Pero el siglo XXI nos ha arropado con un frenético producto con plusvalía resultante de la asociación de la ciencia con la tecnología. Hemos aprendido a hacer mejor ciencia, gracias a la amabilidad que aporta la tecnología. Y al mismo tiempo, gracias al método científico, hemos realizado grandes avances en la tecnología. Lo que hemos logrado en medio siglo supondría que el hombre prehistórico hubiera descubierto en sólo 100 años a fundir y procesar todos los metales que aprendió a utilizar en su etapa más temprana sobre la tierra. En especial, si lo comparamos en cómo la obtención y transformación de los metales influenció el nacimiento y potenciación de otras actividades humanas, como el comercio.


El intercambio de determinados bienes llevó a una asimetría en las riquezas de las

regiones, de tal modo que se empezaron a desarrollar modelos de centro-periferia,

con un centro productor de bienes de prestigio y una periferia encargada de la

producción de materias primas y donde se desviaba el excedente. La necesidad del

intercambio además proporcionó los medios necesarios para la creación y

consolidación de infraestructuras necesarias para ello, surgiendo así una clase

aristócrata que garantizaba el comercio a partir de la coerción o el ritual. (Mercado, 2016).


Pero esta transformación vista como una evolución, a veces, puede traer trampa. Si bien, hay infinidad de bienes “tecnocientíficos”, no todos ellos benefician la calidad de vida de la humanidad. Y en algunos casos, no son siquiera útiles. 


Basta con ver la cantidad de proyectos basados en la tecnología, o de “gadgets” (Un Gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso. Los gadgets suelen tener un diseño más ingenioso que el de la tecnología corriente. Unilibre, 2015), que por múltiples motivos nunca llegan a ser consumidos masivamente, aunque cumplan su cometido.


Existen, desde mi óptica y experiencia, dos grandes motivos por los que la tecnología de la información puede dejar de ser útil, ya sea para el consumo personal, como para el uso en una empresa, proyecto, o idea. 


El primero, tiene que ver con la percepción que se puede tener del concepto de “éxito” ajeno, y la casi impulsiva necesidad de copiarlo. A diario, vemos a empresarios que quieren que sus negocios sean como “Google, o Amazon”, o que sus ventas sean tan buenas como las del “El Corte Inglés”, sin entender algo muy importante, lo que se está apreciando es una ilusión que responde a las 6 barreras de entrada al mercado descritas por Michael Porter (1982) en sus cinco fuerzas de la competencia. 


A Google le tomó años crecer y especializarse, para tener la posición actual, ni hablar de Amazon y la importante inversión (casi todo lo ganado durante años) para poder construir una barrera lo suficientemente alta para que nadie se imagine competir con él, y aún así, allí está Alibaba. 


No se puede pretender tener a “Amazon en casa” si se va invertir “lo que Amazon se gasta en pegatinas de visitantes durante un mes.”


Luego, la segunda razón es una que ya he mencionado, esa inmensa cantidad de productos con plusvalía que nos está dejando la pareja ciencia-tecnología. Es tal el impacto, que hace apenas 20 años el retoque de una fotografía dependía únicamente de un programa digital resguardado en un laboratorio, y hoy está presente en todos los móviles de última generación que tienen chicos de 15 años en sus manos. 


Ante este tsunami tecnológico, ¿cómo se puede elegir la utilidad tecnocientífica que es más útil para la empresa?, aquí se presenta un callejón interminable lleno de galletitas, o migas, en la que el empresario, tentado, se atreve a ir picando. 


A partir de este punto, también interviene la conciencia que describe Rabazo y Moreno: “El hombre es astuto porque no sólo tiene una mente formada por emociones, deseos, intenciones y creencias, sino que sabe que la tiene y que los otros la poseen también, por lo que su comprensión supone la adquisición de una potente herramienta en las interacciones sociales” (Rabazo y Moreno, 2007, p. 3). 


Y aparece aquél hombre que, valiéndose de todos esos recursos tecnológicos, o un espejismo virtual de ellos, quiere engañar, intencionadamente o sin intención, al otro. Haciéndole creer, falsamente, de que se es parte de una innovación pujante, cuando en la realidad, no se tiene ni idea de para qué se tienen todos esos recursos, y tal vez, ni siquiera se explotan sus utilidades.


Este escenario aplica en cualquier relación humana, en especial de negocios, en la que está involucrada la tecnología de la información. Desde el B2C hasta el B2B. 


En realidad, no habrá nada que las TICs y los avances tecnocientíficos puedan hacer por un negocio sin que se utilicen los siempre fieles planes, métodos y estrategias.


Google sólo te empieza a amar, cuando todos los demás te aman primero. Wendy Piersall (2020).


En este artículo: 


Mercado, Rosa María (2016). Los metales en las sociedades protohistóricas. Universitat de Lleida. España.


Negroponte, Nicholas (1995). El Mundo Digital. Ediciones B. Barcelona, España.

Porter, Michael. (1982) Estrategia competitiva: Técnicas para analizar industrias y competidores. Ed. Patria. México. Rabazo, M.J. y Moreno, J.M. (2007). Teoría de la mente: la construcción de la mente mediante los cuentos de hadas. Universidad de Extremadura. https://www.researchgate.net/publication/26483569_Teoria_de_la_mente_La_construccion_de_la_mente_mediante_los_cuentos_de_hada


Universidad Libre (2015) Gadgets, ¿Qué son, para qué sirven y cuales son las mejores? https://www.unilibre.edu.co/bogota/ul/noticias/noticias-universitarias/142-gadgets-que-son-para-que-sirven-y-cuales-son-las-mejores



viernes, 21 de enero de 2022

Efecto Dunning Kruger y los Antivacunas del siglo XXI


Foto de Tara Winstead en Pexels


“Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula”.

San Agustín de Hipona (354-430) Obispo y filósofo.



Palabras claves: Efecto Dunning Kruger, Antivacunas, sectas, redes sociales, Teorías de la conspiración, comunicación, concepto de ignorancia, autoconocimiento, desinformación, información.



En el año 2020 realicé un artículo de investigación documental que nunca vio la luz, para entender por qué las personas creían en teorías de conspiración. En resumen. ¿Por qué había gente que se sentía movida a creer casi cualquier cosa que se publicara en las redes sociales, sin cuestionar su veracidad?


Las Teorías de la conspiración son "definidas de manera mínima como la creencia en que los eventos son causados por agentes concretos e identificables que hábilmente esconden sus motivos y formas de accionar". Brotherton (2013). Pero no dejan de ser conjeturas, algunas más y otras menos estructuradas, que sí tienen en común algunas características de la personalidad de quienes la crean, y de sus seguidores.


Son varios los autores que coinciden en que “Las Teorías de la conspiración son explicaciones alternativas a la versión oficial sobre fenómenos presentes o pasados” (Gualda, 2018; Bruder et. al., 2013; Marwick y Lewis, 2017; Swami, Barron, Weis, Voracek, Stieger y Furnham, 2010; Knight, 2007).


Una forma adicional de identificarlas, es por lo general definirlas en contraposición a la información con argumentación lógica: “...tales teorías de la conspiración contradicen o difieren de las explicaciones comúnmente aceptadas y en particular de las explicaciones basadas en las ciencias…” y tienen en común “...la insistencia en ser consideradas como buena ciencia, frente a la mala ciencia establecida”. Hernáiz (2017).


Es común encontrar en ellas siempre elementos vinculados a responsables ocultos, procesos oscuros, y temas velados, y esta característica es clave tanto para darle sentido a la conspiración, como para hacerla más creíble para todos. “Se maneja la idea de que existen poderes secretos o manipulaciones conscientes, entre bambalinas, para esconder o alterar los hechos al público. (Gualda, 2018; Brotherton et al.,2013; Sunstein y Vermeule, 2009).


Es común verse tentado a confundir a las teorías de la conspiración con las noticias falsas (conocidas con el anglicismo de Fake News) pero son totalmente diferentes, en las noticias falsas no hay un solo hecho real, suelen ser invenciones por completo con el objetivo de afectar la imagen de una personalidad (jurídica o pública). Pero en las teorías de la conspiración el responsable suele ser más colectivo y velado. Hay siempre presente un asidero a la realidad en ellas, que normalmente corresponden a hechos que no tienen explicación, que no han sido suficientemente informados, o que la información aportada sobre ellos es deliberadamente asumida por ciertos grupos sociales como incierta.  En las teorías de la conspiración “la amenaza es la desinformación, no las noticias falsas” (High-Level Expert Group on Fake news and Disinformation, 2018).


De allí que sea muy normal escuchar a los grupúsculos antivacunas girar sus ideas alrededor de un “poder ilimitado” que les coarta su derecho a la “información real”, que casualmente es la información que ellos poseen, creen y les hace feliz, frente a un hecho tan complejo, real, y cambiante como una pandemia. (Recordemos que no es la primera, ni la más mortal que ha enfrentado la humanidad moderna).


“No hay nadie más inteligente que yo, lo sé frente al espejo”.

Efecto Dunning Kruger.


Antes de hablar del experimento de los psicólogos sociales David Dunning y Justin Kruger, realizado en 1999, y que les hizo merecedores, a ambos, del Premio Ig Nobel de Psicología en 2000. Me gustaría que recogiéramos el antecedente que Montse Fernández destaca como un episodio histórico que fue determinante para que los psicólogos trabajaran en su modelo. 


Recoge una noticia RCN Colombia, aquél 19 de abril de 1995, un ladrón de bancos, McArthur Wheeler, un hombre de 44 años, decidió aplicar zumo de limón en su cara, para ser invisible y robar dos bancos de la ciudad de Pittsburgh, Estados Unidos, sin ser descubierto.


“Aquel día el hombre se vistió con una ropa oscura, un arma en el cinturón y una buena cantidad de zumo de limón en su rostro” (Noticiasrcn.com).


Según se conoció por la prensa en todo el mundo, el sujeto pensó que al ser incoloro y tener todas las propiedades blanqueadoras, aquél extracto de limón sería suficiente para volver su rostro invisible para las autoridades. "Gracias a esto no había necesidad de máscara ni nada para cubrir su cara.”  (Noticiasrcn.com).


Como era de esperarse, el hombre fue reconocido y arrestado en un tiempo muy breve. Al interrogarlo, señaló que un grupo de amigos lo habían convencido de que el limón era capaz de volverlo invisible.


Es entonces cuando el profesor David Dunning de la Universidad de Cornell se interesó por este hecho, y decidió emprender una investigación para determinar, si una magnitud considerable de ignorancia podría ocasionar que la persona fuera inconsciente de ella misma.


“Ignorance is bliss”

Merriam-Webster.


Dustin Kruger, pupilo de Dunning se interesó por su hipótesis. Y juntos establecieron una investigación con resultados sorprendentes.


Se implementó el estudio en la población de la Facultad de Psicología de la Universidad de Cornell, midiendo la capacidad de los entrevistados en reconocer: humor, razonamientos, lógica y gramática.


A la par se realizó un test para conocer su impresión sobre sus capacidades.


El resultado fue contundente (en inglés): “...the authors found that participants scoring in the bottom quartile on tests of humor, grammar, and logic grossly overestimated their test performance and ability. Although their test scores put them in the 12th percentile, they estimated themselves to be in the 62nd. Several analyses linked this miscalibration to deficits in metacognitive skill, or the capacity to distinguish accuracy from error. Paradoxically, improving the skills of the participants, and thus increasing their metacognitive competence, helped them recognize the limitations of their abilities”. Kruger, J., & Dunning, D. (1999).


En resumen, la mayoría de los encuestados con peores resultados se consideraba y valoraba con capacidades superiores. Mientras que aquellos con mejores percentiles, resultaban ser más conscientes de sus limitaciones, y evaluarse de forma más objetiva o negativa.


Si bien la magnitud de la ignorancia sobre las propias capacidades juega un papel fundamental en el efecto Dunning Kruger, esta carencia parece no limitar la vida de las personas, y gracias a estudios modernos se puede entender que existe una forma de “compensación” de habilidades que logra desarrollar nuestra mente a lo largo de la vida.


“El hombre es astuto porque no sólo tiene una mente formada por emociones, deseos, intenciones y creencias, sino que sabe que la tiene y que los otros la poseen también, por lo que su comprensión supone la adquisición de una potente herramienta en las interacciones sociales” (Rabazo y Moreno, 2007, p. 3). 


“-¡Somos antivacunas, somos un grupo selecto!-”


Me atrevo a vincular el efecto de Dunning Kruger con los grupos antivacunas, justamente partiendo de la percepción que tienen los sujetos del estudio de sí mismos y sus capacidades


Una característica común en el discurso recogido en redes sociales y prensa durante el 2021-2022,  de los individuos de estos grupos, es: “sentirse una especie de súper héroe, una persona especial, que lucha contra el mal (desinformación), que se apodera de toda la sociedad y de las pobres mentes débiles de los otros (pobres de capacidades inferiores) que se comportan como ovejas frente al poder supremo”. 


Estas personas no sólo creen saber “la verdad” oculta a la mayoría, y ser así una especie de “ser de luz” garante de “la auténtica verdad”, que coincide con lo anteriormente citado de Hernáiz (2017). Adicionalmente sienten una compulsión (como necesidad constante no satisfecha) de hacerse visibles, y hacer conocer “la verdad” como única. Pero van más allá, y es aquí, al pasar esta línea, cuando su comportamiento deja de ser inocuo, para convertirse en un peligro para la sociedad.


Las redes sociales son ese nuevo escenario sobre el cual se discute y discierne los hechos de la actualidad. Su concepto no es nuevo, el estudio sobre las redes sociales surge a partir de la Psicología de la Gestalt y los trabajos de Kurt Lewin. 


Las plataformas tecnológicas ofrecidas por empresas en la actualidad, como Meta (Facebook) o Instagram son el resultado más tangible y práctico, dentro de lo palpable que es el mundo digital, de aquellos conceptos de Lewin.    


Las redes sociales están siempre vinculadas a la definición de su dinámica, es decir, es un concepto que siempre está relacionado con el movimiento social y su evolución. “En la cual el comportamiento es visto como la función de una persona en una situación social, lo que implica entender la acción individual como dependiente del sistema social en que las acciones ocurren, y las relaciones sociales del individuo con el sistema social”. (Madariaga, C. Sanandrés, E. & Quintero, S. 2013).


Entre los usos que otorgan las personas a la información que comparten en sus perfiles de las plataformas sociales, y los objetivos de esta comunicación, se encuentran: persuadir, convencer, dialogar y confrontar. 


De ellos, la tendencia de los últimos años se inclina más hacia la confrontación y menos a la conversación, el diálogo ha dejado su espacio para que el debate, en especial el político, se apodere de la mayoría de las interacciones en las redes sociales digitales. 


Por naturaleza, estos espacios humanos invitan a la interacción, a la congregación alrededor de la información, y a la aceptación de esta información directamente relacionada con el sistema de creencias, emociones y contexto de sus integrantes.


Así, estas plataformas resultan un escenario ideal para que la comunicación, sea cual sea su origen, estructura lógica y asidero a los hechos reales, se disemine a través de los nodos de la red, en especial si resulta ser la que se impone en los espacios de debate.


Es tema de estudio el efecto de replicación, cuando la fuente que da credibilidad a la información de un hecho es, justamente, miembro de un nodo de la propia red social. Así los nodos se agrupan en tendencias (perspectiva) frente al propio hecho, y auto confirman la información que comparten como datos veraces. Realimentando a todo el grupo con una misma información en una espiral interminable (que recuerda a la de la semiosis ilimitada).


“Esto de la vacuna es verdad, lo dijo Manuel, que es sobrino de Sofía, ambos no se han vacunado porque no creen en ella, tienen que tener razón. Manuel fue a la universidad”. Este tipo de ideas suelen escucharse, a voces, entre personas menos informadas pero que son usuarios de las redes, y tienen contacto con los antivacunas. El peligro, es que “la verdad” que se comparte y asume valor para el grupo, dista mucho de la verdad demostrada y explicada. Y trae consecuencias graves para la salud personal, y grupal.


Esta necesidad, compulsiva, de la validación de la información que comparten sobre las vacunas y sus efectos, y por ende la de sus creencias sobre ellas. Colocan la idea de  “convencer al otro” como eje motivador de su discurso, monopolizando la conversación y los temas de la comunicación a través de los perfiles de usuario de estas personas en las redes sociales digitales.


Frases como “destaparlo todo”, “decir toda la verdad sin censura”, “hacer visible la verdad”, suelen surgir cuando se conversa con los usuarios que tienden a apoyar a las teorías de la conspiración, como las expuestas sobre las vacunas, y su divulgación en las redes sociales. 


El efecto inmediato en la calidad de vida de estos mismos antivacunas es evidente, comienzan a aislarse, apartarse de sus círculos de amistades más heterogéneos (multiplicidad de voces) para sólo rodearse de sus comunes, los que apoyan su voz, en lo que se puede considerar una “secta digital del siglo XXI”.


Estos grupos sectarios, suelen organizarse, y pasar a la acción, cometiendo serios actos (del tamaño de sus ideas) contra la seguridad y la salud pública. Más cuando el estado general de emergencia de la sociedad ya se encuentra en un momento complejo, provocado por la crisis que puede generar una pandemia.


En este artículo:


Ballesteros, Soledad (2014): Habilidades cognitivas básicas: formación y deterioro, España: Universidad Nacional de Educación a Distancia. Ebook disponible en: https://play.google.com/store/books/details?id=QmT6AgAAQBAJ&rdid=book-QmT6AgAAQBAJ&rdot


Brotherton, R. (2013). Toward a definition of 'conspiracy theories'. PsyPAG Quaterly 88(Sep.): 9-14. http://www.psypag.co.uk/wp-content/uploads/2013/09/Issue-88.pdf


Fernández, Montse. (s/f). Efecto Dunning Kruger: cuando la gente opina de todo sin tener idea. En: awenpsicologia.com https://www.awenpsicologia.com/efecto-dunning-kruger/ Consultado el 21.01.2022. 


Gualda, Estrella (2018): Seminario Internacional. Teorías de la conspiración, fake news y desinformación

en las redes sociales, España: Universidad de Huelva. Disponible en: http://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/15352


Hernáiz Hugo (2018) Hacemos mejor ciencia que la ciencia misma. Teorías de la conspiración como discurso académico, Venezuela: UCV, Revista de Ciencias Sociales Aposta. p.. 80-107.


Kruger, J., & Dunning, D. (1999). Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one's own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of Personality and Social Psychology, 77(6), 1121–1134. https://doi.org/10.1037/0022-3514.77.6.1121


Madariaga, Camilo. Sanandrés, Eliana, et al (2013): Estudio de redes sociales en contextos de desastres: Una aproximación al concepto. En: J. H. Ávila-Toscano. Individuo, comunidad y salud mental. Avances en estudios sociales y aplicados a la salud. Colombia: Ediciones CUR (pp. 68-90).


Merriam-Webster. (n.d.). Ignorance is bliss. In Merriam-Webster.com dictionary. Consultado: January 21, 2022. https://www.merriam-webster.com/dictionary/ignorance%20is%20bliss


McArthur Wheeler pensó ser invisible por aplicarse zumo de limón y robó dos bancos. En: www.noticiasrcn.com. https://www.noticiasrcn.com/tendencias/mcaethur-wheeler-penso-ser-invisible-y-robo-dos-bancos-399975 Consultado el 21.01.2022. 


Rabazo, M.J. y Moreno, J.M. (2007). Teoría de la mente: la construcción de la mente mediante los cuentos de hadas. Universidad de Extremadura. https://www.researchgate.net/publication/26483569_Teoria_de_la_mente_La_construccion_de_la_mente_mediante_los_cuentos_de_hada




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