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Usar el móvil no te convierte en un adicto

Foto de Ono Kosuki

Es constante, y causa un poco de hastío, tener que escuchar a través de distintos medios de comunicación tradicionales un discurso en contra del uso de los nuevos medios digitales de comunicación, que está cargado de un visible sesgo tradicionalista, al considerar que el uso de los teléfonos móviles y los dispositivos digitales, es la principal razón de la afectación de la socialización entre las personas.

Poco o nada tiene que ver el uso o disfrute de los nuevos recursos tecnológicos con unas razones que están más vinculadas con nuestra naturaleza, y muchos de nuestros trastornos como seres sociales. 

La evitación social, una contradicción humana

"La evitación se define como la estrategia o el comportamiento mediante el cual escapamos, nos apartamos o rehuimos de objetos y situaciones aparentemente aversivas" Gabinet Psicologic (2021).

Hay dos tipos de evitación que son visibles, una pasiva, en la que nuestro cerebro nos impulsa a huir de cualquier fuente que se perciba como una amenaza o incomodidad, y que está profundamente relacionado con un impulso instintivo, el de huir, que está vinculado incluso a redes neuronales específicas como lo menciona Salgado (2018) al referirse a los estudios de Andrew D. Huberman:

"Para Huberman y su equipo, el trabajo demuestra la importancia del tálamo en la respuesta al miedo. Asimismo, desvela la existencia de dos circuitos neuronales distintos que inducen comportamientos opuestos ante un estímulo amenazante", (huir o luchar).  

La otra evitación, es activa, y está mediada por nuestro razonamiento, de alguna forma, por ejemplo cuando nos negamos de forma constante a creer que algo es cierto, pese a tener pruebas de ello.

La evitación pasiva, las que nos interesa en esta reflexión, nos hace recurrir a "herramientas" para evitar la amenaza, y seguro que luego de esta definición les viene a la cabeza el reflejo de mirar hacia el techo de un ascensor, o al tablero de números, cuando tenemos que tomarlo con más personas.

Como el caso del ascensor, era frecuente, antes de la llegada del móvil, que el metro de cualquier capital estuviera repleto de periódicos del día, para que cualquier usuario "los leyera", realmente la lectura era escaza o pobre, porque lo que realmente hacía el periódico era servir, como el móvil, como una herramienta de evitación ante una situación social incómoda.

¿Por qué nos causa tanta incomodidad el otro?

Hay una fina línea entre la fobia social y nuestra naturaleza por huir o luchar contra lo que nos resulta desconocido, y por ende, estresante. Esta fina línea va a estar más o menos definida por la forma en que nuestra mente media con el exterior, y cómo procesa los estímulos. Un tema que ha tomado a los estudiosos de la mente humana un apasionante camino de investigación.

Nos alejamos un poco de este debate, y nos centramos en la psicología de nosotros y los otros, cuando convivimos.

La realidad es que evitamos todo aquello que es ajeno a nosotros, por ende, en espacios públicos solemos sentirnos "más inseguros y a la defensiva" lo que provoca que nuestro organismo entre en un estado de alerta sana, que suele prolongarse durante un tiempo en el que reconocemos que no hay amenaza alguna.

Es por esta razón que la rutina, aunque muchos piensen lo contrario, no es una enemiga para nuestra mente, sino una forma más con la que contamos para mediar con aquello que nos resulta amenazante. Nos acostumbramos a hacer las cosas de una forma constante para tener, hasta cierto punto, confianza de que todo estará "seguro y bien" en un mundo donde NADA lo está.

La evitación pasiva antes de los nuevos medios digitales

En un ejercicio por aportar otro nivel al discurso mediado de "la tecnología nos daña", y que no tiene otro origen que justamente un temor ante la amenaza de lo nuevo y desconocido. Vamos a recordar cuáles eran mecanismos frecuentes de evitación pasiva ante situaciones sociales incómodas antes de que aparecieran los magníficos dispositivos digitales móviles.

Como ya mencionamos, uno de los más frecuentes era leer el periódico, ya sea en el metro o en la barbería. Ni hablar del punto de distribución para las revistas que significaron, durante años, los consultorios médicos, en los que coincidíamos, no solo con extraños, sino con enfermos y miserias. 

Las revistas, audífonos, películas y cualquier cosa era útil para evitar tener que pensar que nos encontrábamos a 37 mil pies de altura en una caja de metal, volando con gente que apenas habíamos visto minutos antes.

En los ascensores, como mencionamos anteriormente, el espacio tan diminuto, nos hacía casi imposible evitar tener que ver al otro, hasta que surgieron estrategias como llenarlos de espejos, o colocar pantallas que nos permitieran evadir el momento.

No es de extrañar, que las principales fobias sociales atendidas por los especialistas estén justamente vinculadas con algunos de los espacios anteriores.

La tecnología no tiene como objetivo dañarnos

Hay que dejar algo claro, como conclusión de este breve escrito, y es que no es la naturaleza de la tecnología dañarnos, al ser producto de nuestra propia genialidad, la tecnología es un recurso, una herramienta, a nuestra disposición.

Y es evidente, y concluyente, aquello que señalaban  los especialistas en adicciones mentales y trastornos reunidos del 14 al 16 de abril de 2016 en Madrid, durante as XVIII Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). "La predisposición para desarrollar una adicción está condicionada por factores biológicos y ambientales". Y están más vinculadas a cómo el ser media ante las situaciones que le causan placer o temor. 

La adicción a lo digital es tan peligrosa como lo fue en su momento la adicción a la televisión, a la radio o al cine. No por el objeto de fijación del adicto, sino por las razones y los efectos del comportamiento.

Pese al discurso que gana espacio en los medios tradicionales, y que pareciera estar patrocinado por empresas que ven en riesgo sus negocios ante el avance de lo digital, la realidad es que la tecnología es una herramienta capaz de cambiar la forma en que socialmente nos comportamos. Y al final nuestra forma de vivir en este mundo. Y está en nuestras manos aprender a sacarle provecho. 


En este post:

Gabinet Psicologic  (2021). La evitación pasiva y la evitación activa. https://gabinetpsicologicmataro.com/la-evitacion-pasiva-y-la-evitacion-activa/

Salgado. M. (2018). ¿Huir o luchar? https://www.investigacionyciencia.es/noticias/huir-o-luchar-16401

Acta Sanitaria (2016). La predisposición para desarrollar adicciones está condicionada por factores biológicos y ambientales. https://www.actasanitaria.com/salud-mental/la-predisposicion-para-desarrollar-adicciones-esta-condicionada-por-factores-biologicos-y-ambientales_1212341_102.html


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