jueves, 25 de enero de 2024

Tu voz interior: ¿aliada o enemiga?

Foto de: Darya Sannikova

 El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; 

el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.

Platón (427 AC-347 AC) 

Filósofo griego.


Casi todos lo seres humanos tenemos una vocecilla que creemos escuchar, aunque realmente es insonora, y casualmente suele coincidir con el tono de nuestra voz, y nuestra forma de expresarnos, y esto no es de extrañar, ya que su primigenia aparición se dió justamente cuando, siendo niños, comenzamos a usar el lenguaje estructurado para poder comunicarnos con otros, y darle sentido a nuestra vida.

Sobre si el origen del uso del lenguaje fue primero hablado o escrito ya hablamos en este otro post , pero hoy conversaremos sobre esa voz interior, sus complicados estudios, y su uso.

Muy difícil de estudiar

Resulta ser que dábamos por hecho que todos teníamos esta voz interior vinculada con el pensamiento, pero resulta ser que no es así, el avance de las investigaciones, como señala la web Cresenzia (2021) nos permite saber que es una voz común en el 90% de las personas, pero hay un grupo de seres humanos que no la poseen, y su estructura de pensamiento no la requiere ya que dependen de sus experiencias visuales y sensoriales, aunque su ausencia sí afecta a estas personas, a la hora de compartir y explicar sus ideas.

Uno de los pioneros en estas investigaciones es el Dr. Russell T. Hurlburt, doctorado en 1976 de la  Universidad de Dakota del Sur, con 6 libros sobre la experiencia interior y el pensamiento, y varios artículos e investigaciones sobre el tema.

Sus estudios, que incluyen una patente para un aparato muy similar a un busca persona utilizado en la medición de la experiencias de los pacientes para su posterior análisis, comenzaron en 1976, pero su primer libro conocido fue publicado en 1994 Instructor's manual for Comprehending Behavioral Statistics.  Pacific Grove, CA: Brooks/Cole. Junto con las autores Koch, P., & Harris, B. 

Ya en la introducción de este libro (en inglés) nos deja bastante claro el panorama sobre el análisis de este mundo interior:

"Algunas personas creen que explorar la experiencia interna es algo sencillo, ya que lo hacemos constantemente y simplemente podemos preguntar a otros sobre su experiencia. Sin embargo, otras personas piensan que la experiencia interna es imposible de explorar, señalando, por ejemplo, el desastre de la introspección en la psicología. Demostramos que ambas posturas se basan en no prestar la atención adecuada a la experiencia interna. Pero la experiencia interna es importante, y no prestarle atención es un riesgo" (Hurlburt, 1994).

En este libro se abordan temas como las sensaciones, sentimientos, y toda la experiencia de comunicación interna del ser humano.

Con el uso de la tecnología, sus investigaciones lograron determinar la aparición frecuente y común entre los estudiados de 5 fenómenos internos, descritos como: "habla interna, imágenes internas (también conocido como imágenes mentales), pensamiento no simbolizado, sentimientos y conciencia sensorial.

Tal vez de los cinco, el que más nos puede hacer dudar es ese de "conciencia sensorial" y viene siendo como la atención interna o focus interno sobre la sensación a través de nuestros sentidos, aunque este no sea el aspecto central de nuestros pensamientos. Algo así como "en el entierro de esa persona llovía mucho, y hacía frío, pero era un frío intenso".

La voz interna comienza de niños

Se ha llegado a determinar, en investigaciones más recientes, que la voz interior tiene su aparición cuando los niños están aprendiendo a hablar, y suelen expresar sus ideas personales en voz alta, es una primera forma de comunicación interna a viva voz, que con los años y la censura de la socialización, se va haciendo interior y silenciosa.

Sí, de pequeños decíamos en voz alta "mamá tengo que hacer pupú", pero con 15 años, ya no lo expresamos en medio de la clase (bueno, siempre hay excepciones).

Mi experiencia con niños

En mi experiencia como guía de procesos de lectura infantil y adolescente, mis niños de 6 a 13 años presentaban esta transición entre el diálogo personal a viva voz y el que iba interiorizándose, pero de vez en cuando se escapa. 

Podía evidenciar en mis grupos, que la mayoría de los niños y niñas con mayor evidencia de un diálogo interno narrado y fluído, les costaba mucho menos tomar un libro y leerlo tanto en voz alta como en esa lectura silenciosa.

Aún más, tuve experiencias de jóvenes de 9, 10 y 11 años que expresaban sorpresa al decirme que podían "oir la voz del personaje, o el sonido del mar" mientras leían un cuento. 

Casualmente, en estos grupos, esos niños que tenían esa rica voz interior pertenecían a núcleos familiares en los cuales la lectura era fundamental, y los padres dedicaban parte de su tiempo a leerles cuentos, narrarles historias, o jugar juegos con narrativas.

El Dr. José Ramón Alonso (2023) señala esta experiencia citando al psicólogo ruso Lev Vygotsky: "Vygotsky propuso que la voz interior se desarrolla a través de la interiorización gradual de las interacciones lingüísticas moldeadas por la relación social. Vygotsky sostenía que los niños comienzan su vida inmersos en intercambios sociales que, con la aparición del lenguaje, se convierten en conversaciones. Con el tiempo, las palabras que antes se utilizaban para regular el comportamiento de los demás se «vuelven hacia uno mismo» para regular el propio comportamiento del niño".

Mi voz interior

Como decía el Dr. Hurlburt, se depende mucho de lo que la persona te diga, para poder medir algo en estas investigaciones, ya que salvo la medición de ondas cerebrales, es muy difícil identificar a esta voz interior sin que su propietario decida evidenciarla con sinceridad.

En mi experiencia, mi voz interna la tengo, de forma consciente, desde que tenía unos 9 años de edad, cuando comencé a escribir poemas e historias, las iba creando en mi cabeza, como discursos textuales, que luego plasmaba en papel de un cuaderno de líneas.

Esas historías y poemas eran sobre mi experiencia y mis sensaciones sobre todo lo que me rodeaba. Desde allí ha sido una bonita relación de más de 30 años con una voz que me aporta siempre buenas ideas, preguntas y reflexiones importantes, y me ayuda mucho a organizar mi vida y mi comunicación con los demás.

El mismo Dr. José Ramón Alonso (2023) recuerda los trabajos de Puchalska-Wasyl "pidiendo a cientos de personas que calificaran a sus portavoces internos más habituales en función de una serie de perfiles emocionales. Su análisis redujo los interlocutores internos a cuatro personajes básicos: el Amigo Fiel, el Rival Orgulloso, el Padre Ambivalente y el Niño Desamparado. El Amigo Fiel es un defensor cariñoso y positivo, siempre dispuesto a dar ánimos y a justificar nuestros errores. En la muestra de Puchalska-Wasyl, esta fue la voz interior más común. En segundo lugar está el Rival Orgulloso, un entrenador positivo que reta a la persona a mejorar. El Padre Ambivalente ofrece amor y apoyo, pero, a veces, una buena dosis de crítica. El Niño Desamparado es el más negativo, pues en general aporta un sentimiento de impotencia y necesidad de apoyo".

Ya sé que el mío suele ser ese padre ambivalente que no me deja tirado, pero que es duro cuando me equivoco, y además es cómplice de una serie de ideas epopéyicas y muy divertidas.

¿Qué tipo de interlocutor es el tuyo?

En este post:

La voz interior: ¿algo que todos tenemos?

La voz interior

Russell T. Hurlburt 

The phenomena of innerexperience



jueves, 11 de enero de 2024

Yo soy yo y mi circunstancia

Foto: Jeremiah O´Sullivan, premio al trabajo de investigación. (11.01.2000). Tomada de El Ucabista 

Titulo esta entrada con la célebre frase de José Ortega y Gasset "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo." (Meditaciones del Quijote, 1914), y que fue una de mis primeras apasionadas conversaciones de carrera con mi adorado y por siempre recordado profesor Jeremiah O'sullivan-Ryan, autor de todos estos libros. 

Conversaba yo con O'sullivan al salir de clase, sobre esta frase de Gasset, que él recordaba en el libro "La Comunicacion Humana" (UCAB, 1996). Y el debate me sirvió para comenzar muchas de mis clases de Comunicación Social, años después, cuando me tocó ser profesor.

De qué va esto de "Yo soy yo y mi circunstancia"

Decía O'sullivan que Gasset postulaba el principio de la existencia para la comunicación, en la medida en que el hombre es hombre pero también es contexto. Y no hay forma de dividirlo, no existe una coma entre Yo soy yo y mi circunstancia. Va unido, porque es imposible para el hombre definirse por completo y en sí mismo, sin recurrir en algún momento a su entorno.

De allí que soy "hijo" porque tengo "padre", o soy "un orgulloso tío" porque tengo un "sobrino ejemplar". Siempre recurrimos al entorno para apuntalar nuestra definición personal. Aún si escrudriñamos en características psicosociales que solemos atribuirnos. Soy amable (porque alguien alguna vez me dijo que lo era), soy conversador (porque mis amigos me dicen que no paro de hablar), soy simpático (porque nadie me dice lo contrario).

Pero la frase de Gasset podemos complejizarla más, y es aquí cuando yo me atrevía a decirle a O'sullivan que aquello del contexto, Gasset lo describía como un proceso histórico, por ende estaba en movimiento. Y dependía del mismo hombre (ese Yo soy Yo), el desarrollo de ese contexto.

Así pues, una persona no podía aspirar una realidad diferente si no hacía un esfuerzo (salvar la circunstancia) para poder salvarse a sí mismo. Aunque evidentemente, Gasset se refería a otro tipo de salvación más vinculada al mundo religioso. 

Un ejemplo mundano de esto, es la frase famosa de las abuelas, "el/la novi@ del estudiante no es el/la espos@ del doctor". Ya que las circunstancias entre ser estudiante y graduarse, en teoría, debería cambiar el contexto del ser, y por ende, su propia realidad, gustos y preferencias.

Gasset en la práctica

Cuando me tocó ser profesor de comunicación viví muchas experiencias que recuerdo con cariño. En muchas de ellas comprobaba que este tipo de meditaciones sobre la comunicación humana no eran supuestos teóricos, sino que podía observarlos en la realidad.

Son muchos alumnos y ejemplos, con casi todos fuí cercano, pero recuerdo con cariño a un par de jóvenes que eran novios, y que me llegaban a clases de comunicación exhaustos porque trabajaban muy duro en una carnicería.

Hablando con ellos en mis tiempos libres entre clases, y durante su participación activa en mis materias, me di cuenta que ellos estaban allí porque entendía muy bien su circunstancia, y no era mala ni pobre, más bien era muy cómoda, pero ellos estaban haciendo un esfuerzo sobrehumano, porque querían salvarla o elevarla a una nueva posición.

Yo no podía promerterles a estos alumnos que iban a ganar más dinero ejerciendo su carrera (y menos mal que no lo hice) porque la realidad es que su negocio, bien llevado, era capaz de producirles mucho más ingresos. Pero sí podía decirles que la inversión de todos esos viernes hasta las 11 de la noche viendo clases conmigo, valían la pena.

Ellos se graduaron, porque eran excelentes, y yo les perdí la pista. Como a muchos de mis muchachos, que se regaron por el mundo y con ellos se diseminó esa pasión por la comunicación, que estoy seguro que pude contagiar en la mayoría.

También me tocó ver la otra cara de la moneda, justo meses antes de irme de mi amada Venezuela, tuve una gran cantidad de alumnos que, por primera vez, me suspendian una materia. A mí, que en líneas geneales, no soy un profesor que penalice con la calificación, me gusta más bien ver claro un proceso de crecimiento, de esfuerzo, y si lo veo no me tiembla el pulso para premiarlo.

Pues me pasó, ver a muchos de mis alumnos haciendo lo contrario, en vez de salvar a su circunstancia, la sacrificaban como excusa. "No entregué ese trabajo porque no pude profesor, mire como está el país, es imposible así..." Fueron miles las excusas de este tipo.

En vez de, justamente por la circunstancia, atreverse a salvarla y con este gesto, salvarse a sí mismo, muchos de mis muchachos prefirieron escudarse en la mediocridad de un país que se borraba... y que se sigue deshaciendo continuamente.

Esta fue una de las razones que me empujó a migrar, ya no podía ser feliz viendo a mis muchachos sacrificar su circunstancia, y con ella, a su propio ser.

La circunstancia actual

Es constante y cada vez mayor el resonar de los tambores de la guerra en todo el Mundo. Pero me asombra que la mayoría de la gente, en especial en Occidente, siente lejano el conflicto, como si Ucrania o Gaza quedaran muy lejos. Estamos en la misma esfera (lo lamento para los terraplanistas).

Esta nueva circunstancia no es común a todos, y afecta, de una u otra manera, a nuestro ser, a ese Yo. Si siguiéramos el consejo de Gasset, deberíamos estar pensando ya en cómo salvarla, y a su vez, salvarnos a nosotros.

¿Tienes alguna idea al respecto? 



  


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