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La era digital y la soledad (II)


Foto: Norma Mortenson.

No hay otra verdadera soledad que la soledad interior.

"Semillas de Contemplación" (1953), Thomas Merton.


En nuestra primera entrega sobre esta cuestión abordamos el tema de la soledad, como una epidemia que no está sólo vinculada a la edad avanzada, en especial en España y América Latina, y que la soledad no siempre es un sentimiento negativo, de sus tipos, la soledad subjetiva es, tal vez, la más dolorosa.

Pudimos concluir que, mientras para los adultos mayores la soledad es una amenaza visible y real, ya que sus vidas han transcurrido rodeadas de personas, para los jóvenes la soledad no representa una amenaza visible, ni reseñable. 

El espejismo y la ilusión de compañía que provocan las redes sociales digitales, y la tecnología multimedia, hacen creer al joven que está perfectamente integrado, que cuenta con cientos de miles de amigos, que puede influenciar a otros a su alrededor, y por ende pertenece a una comunidad de forma activa.

En una entrevista realizada por  Feona Attwood de la  Universidad de Middlesex, Reino Unido a Zigmunt Bauman (2018), el autor de la modernidad líquida señalaba: "En Internet, en el mundo en línea, a diferencia del mundo fuera de línea, puedes evitar todo lo que crea tu ansiedad en el mundo fuera de línea".

Bauman explicaba que era muy sencillo para los jóvenes rodearse de ecos placenteros, que repiten sus mismas ideas, criterios, sin tener que negociar ni discutir con otros que piensan diferente. "Si es diferente, simplemente lo borro". 

El problema, como señala Bauman en la entrevista, es que el joven no puede vivir para siempre en su mundo "online", necesita volver al mundo real, ero si pasas tanto tiempo en este mundo en línea y vuelves al mundo fuera de línea, estás doblemente ansioso. "Vivir con diferencias requiere estrategia y, a menudo, es bastante aterrador. Puede escapar de la necesidad de vivir con las diferencias cara a cara. Pero cuando regresa a otros seres humanos, enfrentándolos, entonces está en problemas porque ha olvidado las habilidades para lidiar con ellos" (Bauman, 2018).

Toda esta ansiedad no es creada a partir de las redes sociales, o la presencia en Internet, y de allí que el abordamiento de algunos padres no sea el más adecuado (como el de cortar de golpe la presencia en Internet del adolescente), ya que esta ansiedad radica en un miedo más humano y primitivo, el miedo a estar solo, a ser abandonado. 

Sentencia Bauman (2018): "Mark Zuckerberg, el propietario de Facebook como usted sabe, ha ganado 50 mil millones en la bolsa de valores, ¿con qué? Sobre nuestro miedo a la soledad. El éxito de Facebook es muy simple. No hay ningún secreto en eso. Mark Zuckerberg puso el dedo en la mina de oro. Y la mina de oro era el miedo de la gente a ser abandonada. Facebook es la forma en la que a pesar de estar solos, estamos conectados".

Estrategias para el abordaje

El miedo a la soledad en nuestros adolescentes no es muy diferente al miedo que presentaba la generación de 1970 o 1980, y que los llevaba a juntarse en grupos en portales de casa o centros comerciales, para cohesionarse y tratar de generar relaciones de aparente valor. 

En muchos de estos casos, esos jóvenes de los 70´ y 80´ fueron empujados a comportarse de una forma contraria a sus creencias, valores o ideas, sólo con el fin de no ser expulsados del grupo.

Esto sucede, de la misma forma, en la era digital, pero con la crueldad e indolencia que permite el anonimato, la distancia, y la despersonificación, o suplantación del ser por avatares.

El joven es incapaz de analizar que se encuentra atrapado en mensajes que son sólo código binario, por el contrario, para el se trata de un grupo muy cercano (cada vez más, con el desarrollo de la tecnología), de voces similares, de valor y de importancia.

Lo más importante para comenzar a abordar la soledad, e integrar el mundo "online" con el "offline" que señalaba Bauman es la presencia de la familia, tanto nuclear como ampliada.

Involucrar a primos, hermanos, y a los mismos padres en ese mundo virtual, sin prejuicios ni observaciones, y en la medida y espacio que ofrezca el mismo joven, es un muy buen primer paso para mantener un puente entre los dos mundos.

Este puente, además de ayudar a consolidar relaciones reales de valor, permite la compañía y supervisión de la familia.

No es obligar al joven a abandonar su zona de confort y obligarlo a estar en un mundo online que no es el suyo, es hacer el ejercicio de inmersión en ese mundo digital del joven, sin querer protagonismos ni reconocimientos, y estar allí, unicamente acompañándolo. Basta con estar al lado durante una parte de la exposición a la pantalla.

Es muy importante diferenciar entre el miedo a la soledad que acompaña a nuestros jóvenes sentados en frente de la pantalla, de una verdadera patología mental.  "En la mayoría de los casos, el miedo a la soledad no constituye una alteración mental que pueda ser considerada un trastorno. Sin embargo, resulta importante diferenciar entre dos fenómenos que encajan en el término miedo a la soledad, y que a pesar de ello son muy distintos. Por un lado está el temor a quedarse solo, el cual es de carácter difuso y se manifiesta de formas muy variadas incluso en una misma persona, y por el otro, la fobia a la soledad, que es un tipo de trastorno de ansiedad" (Vicente, Ignacio, 2020).

En cualquiera de los casos, siempre vendrá bien la visita y asesoría de un especialista, terapeuta, o psicólogo.

Ofrecer tiempo de calidad

En muchos de los casos, la misma familia ha sido la responsable de la inmersión del adolescente en este mundo digital, primero por la presión social "todos sus compañeros tienen... móvil, cónsola de juego, ordenador portatil, tablet, etc...", y segundo, como una recompensa ante la falta de poder satisfacer verdaderos encuentros con tiempo de calidad en el núcleo familiar, ya sea por los horarios laborales, el cansacio, la apatía, o comodidad. 

Es importante obrar en conjunto para encontrar actividades que se traduzcan en tiempo de calidad compartido en familia, ya sea nuclear o ampliada. 

Es muy difícil, si realmente la experiencia ha sido de calidad, que el adolescente prefiera el mundo "online" a repetir una experiencia de este tipo. 

Caso de ejemplo:

Con el boom de los cyber café en el año 2002, muchos jóvenes decidían ir a "amaneceres" en estos centros de entretenimiento con ordenadores. En Caracas, se dio un caso de un grupo de jóvenes que, comenzaron a llevar un balón de fútbol. Los viernes se quedaban jugando conectados a las pantallas toda la noche, pero los sábados al salir el sol, y al cerrar el local, se iban juntos al parque a jugar al balón durante casi toda la mañana y parte de la tarde. Muchas de esas relaciones se mantuvieon en el tiempo, y se convirtieron en relaciones de calidad. 



Attwood, F. (2018). Interview with Zygmunt Bauman. Sexualities, 21(1–2), 131–138. https://doi.org/10.1177/1363460717693671

Vicente, I. (2020). Cómo surge el miedo a la soledad, y qué hacer. https://psicologiaymente.com/clinica/como-surge-miedo-a-soledad


 

 

 

 

    

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