lunes, 20 de junio de 2022

Un excelente encuentro sobre negociación con nuestros hijos y comunicación

 

La mesa preparada para conversar.

El pasado sábado 18 de junio pude disfrutar del primer taller con mi querida gente de Tenerife. Un espacio que estaba pensado para una hora, pero por lo interesante de los temas abordados se convirtieron en tres maravillosas horas de tertulia.

Esto fue posible gracias al Banco de Tiempo de Tenerife - Guaydil. Una iniciativa comunitaria que promueve el contacto y el acuerdo entre vecinos de la Isla. Pero lo más importante, ofrece la oportunidad de que la gente se conozca, se encuentre y confíe en los demás para resolver necesidades de la vida diaria, pagando los servicios de sus socios a través del tiempo (y hasta tienen una moneda virtual). ¿Quieres saber más sobre el  Banco de Tiempo de Tenerife - Guaydil?, visita este enlace.

En el salón, que les ha quedado realmente maravilloso a todos sus miembros, compartimos una agradable jornada, repleta de información y experiencias sobre comunicación, acuerdos y negociaciones en el núcleo familiar.

Casualmente, todas las asistentes fueron mujeres, y no es algo nuevo. La inteligencia emocional, la facilidad en el uso de las herramientas de comunicación y la constante búsqueda en adquirir conocimientos funcionales para la vida, suelen ser características frecuentes en la mujer del siglo XXI.

Las personas asistentes aportaron, desde su experiencia, valiosos comentarios e ideas. Y yo, desde este rincón, les ayudé a encajar ideas en torno a teoría sobre comunicación y negociación.

En post pasados de este blog, ya hemos abordado el tema del acuerdo o compromiso o los ejercicios de conexión en un siglo XXI que nos invita a conectarnos a los aparatos y desconectarnos de las personas.

Me mantuve fiel a la escuela que más mueve mi corazón cuando hablo de comunicación, y es que para mí, no hay comunicación más pura y esencial que la que se da entre personas, cara a cara, y sin artilugios tecnológicos.

Lo que era un taller de un día, mutó, y se ha transformado. Ahora estaremos compartiendo una vez al mes un espacio que está en construcción sobre el tema de la comunicación y la familia. ¡Todo un reto! 

¿Te interesa?

Si estás en Tenerife es muy fácil participar, si eres socio del Banco del Tiempo Tenerife - Guaydil, basta con seguir sus redes y formas de contacto (son muy activos). Si no eres miembro, te avisaría de nuestro próximo encuentro, y el costó para los que no son socios es llevar un "kilo de alimento", manera simbólica de denominar a cualquier aporte de alimentos para colaborar con los más necesitados. 

Y si te encuentras fuera de la isla, podemos siempre tratar de comunicarnos.

Les dejo algunas fotos de nuestro encuentro:


Los participantes en un momento de inmortalizar el encuentro.

Todo tiene un significado.


Siempre presente.

Muy dulce y cercana tertulia.


Un paisaje privilegiado. 


El afiche del encuentro:

jueves, 2 de junio de 2022

La comunicación implica compromiso


En el proceso de la comunicación humana es imposible separar la condición del compromiso. Como bien lo reseña O`sullivan (1996) "Yo soy yo y mi circunstancia. Esta frase de José Ortega y Gasset, en las Meditaciones del Quijote, es la esencia existencial de aquel pensamiento que define la comunicación como el encuentro de un organismo con su entorno", en este encuentro se parte de un compromiso inicial, del sujeto con vida, y su deseo de conocer lo que le rodea.

Este acuerdo se va complejizando con el paso del tiempo y el proceso de socialización en el núcleo humano, lo primero que se debe acordar y pactar en la comunicación es el código, y de él, su elemento más visible es el lenguaje. Es este primer acuerdo lo suficientemente esencial para poder signar toda la comunicación en la vida del ser humano.

Acordar las reglas (código) de la comunicación lo hace el niño cuando repite alguna expresión materna o paterna y percibe, como respuesta, un gesto de aprobación, normalmente lo suficientemente grandilocuente y teatral, así como primitivo e instintivo (aplausos, risas). Luego de este proceso inicial en los primeros años de vida del ser humano, el acuerdo y el compromiso sobre elementos más conceptuales se irá complejizando aún más. Como lo define Schramm (1965) "en un determinado momento del proceso de comunicación, el mensaje es meramente tinta sobre un papel (como en el caso de un libro impreso), o una serie de condensaciones y rarefacciones en el ambiente (como en el caso de la palabra hablada), o puede ser el mensaje una onda de luz reflejada (como en la comunicación del cine)" sobre los cuales también suceden acuerdos y compromisos para poder recibir y traducir el mensaje. 

Este compromiso va más allá, el ser humano depende y requiere comprometerse, como un paso de afirmación para recibir los mensajes, confrontarlos con su experiencia, y poder decidir si redimensionar su circunstancia (recordemos a Gasset) o mantenerla inamovible, pese al mensaje (percepción selectiva).

Está más que estudiado, en especial por las diferentes escuelas de comunicación de Estados Unidos y Alemania, como el mensaje y el ejercicio de la persuasión del emisor juega un papel decisivo en el compromiso de las personas con las ideas y decisiones sobre política.

El proceso de compromiso requiere de un tiempo y espacio común, y este tiempo y espacio ha mutado radicalmente en este siglo XXI. Durante su presentación de la revista Comunicación y Hombre. (2017, nº 14) El compromiso en Comunicación y Humanidades del siglo XXI, la doctora Daniela Musicco Nombela deja muy claro el desafío al que se enfrenta la comunicación en esta era: "En nuestra sociedad, abierta a las relaciones, como diría Jacques Philippe en La liberté interieure (2004), como en un supermercado en el que todo está disponible, a nuestro alcance y proliferan los productos de usar y tirar, es difícil lograr un Compromiso."  

Por más que nos empeñemos en transformar y adaptar el compromiso a un moderno anglicismo, el engagement, seguirá siendo un hito muy difícil, a veces frustrante, de alcanzar. Porque se quiere lograr en un tiempo y espacio que, como diría Z. Bauman, es cada vez más líquido. Y porque, en especial, no se puede perder el foco de que el compromiso o acuerdo, si está definido desde la comunicación humana, involucra, necesariamente, a las personas.  


En este artículo: 

O´Sullivan, Jeremiah. (1996) La Comunicación Humana. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela.

Musicco, N. Daniela. (2017). El compromiso en Comunicación y Humanidades del siglo XXI. En: Comunicación y Hombre. Número 14. Año 2017. Madrid, España.

Sgramm, Wilbur. (1965) La Ciencia de la Comunicación Humana. Ediciones CIESPAL. Quito, Ecuador.



 

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